El problema para dormir en Europa ha aumentado en los últimos años por diversas causas, pero las bebidas alcohólicas son de las primeras culpables

Una de las principales causas de la falta de sueño en especial por la noche es el alcohol. Por ejemplo, según datos del informa estadístico de sanidad, durante el 2022 en España el 93,2% de la población de 15 a 64 años dijo haber consumido bebidas alcohólicas alguna vez en la vida. Evolutivamente, desde el 2009, la prevalencia en este tramo de tiempo es superior al 90%. Analizando el consumo de alcohol en 2023, el 76% afirma haber bebido alcohol en varias ocasiones durante los últimos 12 meses previos a la realización de la encuesta.


La prevalencia de consumo de alcohol hasta diciembre se sitúa en el 64,5%, habiéndose incrementado en un 1,5% en comparación a la anterior medición.
De hecho, el 9% de la población de España declara haber realizado un consumo diario de alcohol.
Alrededor de 5,4 millones de españoles sufren trastorno del sueño. Este problema prevalece sobre todo en mujeres que en hombres (14,6% frente al 13,4%), así como entre los adultos mayores de 55 años (17,9%) que entre la población más joven. Aun así, se estima que el consumo en adolescentes de 14 a 20 años aumentó en un 2% en 2023 con respecto a 2022.


Año tras año se empeora la falta de sueño en España. Así pues, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, la prevalencia global de los trastornos del sueño es de 50,6% en hombres y 58,1% en mujeres.
A pesar de que el alcohol en dosis moderadas suele producir sueño, a dosis elevadas altera las fases que lo producen, deteriorando poco a poco su estructura y dando lugar a cuadros de insomnio que pueden llegar a ser graves.


El Instituto Europeo del Sueño (ESCI) advierte de que el frecuente consumo de bebidas alcohólicas en grandes cantidades puede someter al cuerpo a un interminable intento de recuperarse para cumplir con sus funciones y tareas diarias. Europa cada año va en aumento con su consumo de alcohol en especial cuando se trata de los países más al norte.



¿Por qué el alcohol impide el sueño?

El alcohol provoca la falta de sueño por la noche debido a varios factores, donde encontramos que si bien al principio puede tener un efecto sedante que hace que algunas personas se sientan somnolientas, a medida que el cuerpo metaboliza el alcohol, puede producir un efecto estimulante que interfiere con la capacidad de conciliar el sueño y mantenerse dormido durante la noche.


El consumo de alcohol puede alterar los patrones normales de sueño, afectando las fases de sueño profundo y sueño REM. Esto puede llevar a despertares nocturnos, sueño fragmentado y una sensación de no haber descansado adecuadamente.



Además, el alcohol es un diurético, lo que significa que puede aumentar la producción de orina y la necesidad de levantarse para ir al baño durante la noche. Estos despertares frecuentes pueden interrumpir el sueño y dificultar volver a conciliarlo.
Su consumo relaja los músculos de la garganta y la lengua, lo que aumenta el riesgo de ronquidos, apnea del sueño u otros trastornos respiratorios que pueden interferir en la calidad del sueño.
Suele afectar el ritmo circadiano del cuerpo, que es el reloj interno que regula los ciclos de sueño y vigilia. Esta alteración puede provocar dificultades para conciliar el sueño en el momento adecuado y mantener un patrón de sueño saludable.



El alcohol altera los ciclos naturales de sueño, incluyendo las fases de sueño profundo y REM, lo que puede afectar la calidad del sueño y hacer que la persona se sienta menos descansada al despertar.
También es un diurético, lo que significa que puede aumentar la necesidad de orinar durante la noche, interrumpiendo el sueño y dificultando la capacidad de conciliar el sueño nuevamente.



Además de los efectos mencionados anteriormente, el consumo crónico de alcohol puede afectar el sueño desencadenando o trastornos del sueño como el insomnio, la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas o el síndrome de apnea del sueño central.
De hecho, provoca deshidratación, pues es un diurético que puede deshidratar el cuerpo, lo que puede provocar sequedad en la boca, sed excesiva y malestar general durante la noche, lo que puede interferir en la calidad del sueño.



El alcohol asimismo puede interferir provocando pesadillas, sueños vívidos o interrupciones en el ciclo normal de sueño REM, lo que puede afectar la calidad del descanso.
Pueden hacerse presentes (cuando una persona con alcoholismo intenta reducir o cesar el consumo de alcohol) síntomas de abstinencia como ansiedad, temblores, sudoración y taquicardia, lo que puede dificultar conciliar el sueño y mantenerse dormido.



Del mismo modo el alcohol puede afectar la salud mental de una persona, provocando ansiedad, depresión, irritabilidad u otros problemas emocionales que pueden interferir en la calidad del sueño
Y como último dato así como más importante, con el tiempo el cuerpo puede desarrollar tolerancia al alcohol, lo que significa que se necesita consumir cantidades cada vez mayores para lograr los mismos efectos sedantes. Esto puede llevar a un consumo excesivo de alcohol que afecta negativamente el sueño.


El consumo de alcohol puede afectar negativamente la calidad del sueño al interferir con los procesos naturales del cuerpo que regulan el descanso y la vigilia. Para mejorar la calidad del sueño, es importante limitar el consumo de alcohol, especialmente antes de acostarse, y adoptar hábitos de sueño saludables, como mantener una rutina regular de sueño, crear un ambiente propicio para dormir y buscar ayuda profesional si persisten los problemas de sueño.


La doctora Ana Arena nos comenta en el siguiente vídeo unas recomendaciones para evitar el insomnio:

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